martes, 20 de enero de 2009

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“En La Rioja, a 1.150 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la dictadura asaltó un diario, detuvo a trabajadores de prensa e impuso el terror en la cooperativa que lo editaba. Falló en el intento de capturar al principal objetivo de la caza mayor: Alipio Eduardo Paoletti.

Tito, ése es su sobrenombre, refundó El Independiente en 1959 y lo cedió para la propiedad compartida con setenta compañeros en 1971. En pensamiento y acción procuró vincular las luchas populares anteriores con las del presente álgido que atravesaba el país.

El discurso crítico de Paoletti no toleraba eufemismos que desvirtuaran las palabras y rescató conceptos que intelectuales enclenques remitían al archivo. Asumió los riesgos: si el obispo Angelelli era el número uno de los condenados a muerte por la reacción, el periodista ocupaba el número dos. Al pastor lo asesinaron; Tito los eludió con la clandestinidad y el exilio militante. Murió a los 50 años. No lo dejaron reingresar a su diario por razones de “abandono de trabajo” y una renuncia inventada.

Sólo hay leves toques de ficción en la microhistoria y la biografía que aquí se narran, con un registro que pretende ser primordialmente periodístico.

La producción tiene un coautor póstumo. Ricardo Mercado Luna falleció en el 2005. A él corresponde el mérito de haber recopilado la documentación que ancla en lo ocurrido en El Independiente a partir del golpe de 1976. A los familiares y amigos de Paoletti el de haber colaborado generosamente con la labor emprendida. Todos con el empuje de lo enseñado por Alipio Eduardo Paoletti: La vida no tiene sentido sin dignidad, sin justicia, sin libertad, sin amor... y vivir es luchar. Y luchar es soñar”


(De “El Libro de Alipio Tito Paoletti”, de Guillermo Alberto Alfieri)

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