martes, 20 de enero de 2009

Una historia que se debía contar

“Quien tenga algo para contar, que lo cuente”. La frase establece un imperativo, un compromiso, casi una obligación. Sobre todo cuando el tema se impone al autor. Esta y otras razones que convalidan la necesidad de su edición, gestaron la escritura primero y la edición luego de Tito. El libro de Alipio Tito Paoletti. El trabajo rescata la lucha, la vida y los sueños de este maestro de periodistas, fundador de el diario riojano El Independiente . Será presentado el viernes, en el Auditorio Rodolfo Walsh de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER.

La evidencia de que se estaba elaborando una historia a la cual le faltaban algunas páginas, fue una de las motivaciones más fuertes para que Guillermo Alfieri decidiese dar a conocer su trabajo sobre Alipio Tito Paoletti.

El trabajo, que se presentará el próximo viernes a las 20.30 en el Auditorio Rodolfo Walsh de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER (Buenos Aires 389), tiene especial relevancia. En primer lugar por el tema y la personalidad que rescata. Pero también, detalle de no menor importancia, el nombre del autor. Es que se trata del primer libro del periodista y docente Guillermo Alfieri, quien por elemental sentido de la ubicuidad insiste pertinazmente en que el dato sobre su nombre pase desapercibido, aunque está claro, paradójicamente, que sea imposible omitir su participación en el mismo.

ALGO PARA CONTAR. “Quien tenga algo para contar, que lo cuente”, afirma el autor. Para él es casi un imperativo. Y el hecho de que hay historias que hablan de consecuencia (en el sentido de coherencia) entre el pensar y el hacer, y de personas que marcan un rumbo, sin saberlo motivan la necesidad de evitar que pasen a ser anónimas. Entre ellas está la de Alipio Tito Paoletti, “un gran periodista, con enorme rigor, con precisión, con una prosa concisa y directa. Creo que hoy llamaría tilingos a muchos que ejercen el oficio, si viera lo que se hace hoy en nombre del periodismo”, dice Alfieri.

“Hay historias que hay contar. Que no pueden dejar de narrarse”, asevera el autor que durante años llevó el libro en su interior y que fue amasando lentamente en un proceso de escritura que ahora cristaliza.

Por qué publicar ahora el libro, es la pregunta. “Por varias razones” señala Alfieri y reconoce que trabajó en él “siempre”. Lo cual equivale a decir muchos años, décadas, para ser precisos.

Tito, de eso se trata, se presentará este viernes en Paraná “y el 22 en Buenos Aires y quizás en Santa Fe y tal vez finalmente en La Rioja”, adelanta el autor, que con estas páginas pretende contrarrestar una versión “oficial” a la que le han escamoteado algunos aspectos muy importantes.

MICROHISTORIAS. Desde lo conceptual, el libro trata de trabajar en microhistorias, en el sentido que las define el historiógrafo italiano Carlo Ginzburg. Cosas que no son notorias -por diversas razones, no porque no sean importantes- y de protagonistas que tampoco tienen “famas”.

El propósito es rescatar las esencias de los acontecimientos y los procesos. Algo que Alfieri realizó en una recordada sección de EL DIARIO: los Coloquios. Microhistorias de vida que, al mismo tiempo, daban pautas sobre aspectos sociales, políticos, económicos, culturales, de la vida de un pueblo, de una comunidad.

En este caso se trata de la historia de Paoletti, enraizada a su vez en la historia de El Independiente, una microhistoria con características singulares que es representativa, en mayor o menor grado, de otras miles.

“Por esto de contar lo que se cree debe ser contado, y saliendo de la reproducción oral, me pareció oportuno empezar por casa y aplicar esta idea”, acepta el periodista.

Redactar este informe periodístico -tal como el propio autor lo define, y que aclara que no tiene pretensión mayor que eso, pero tampoco menor- obligó a su redactor, y seguramente al lector, “a no considerar los hechos y sacar conclusiones en base a un adjetivo, sino de intentar en otra mirada que bucee en los acontecimientos y en las actitudes”.

“Sucede que uno podría afirmar que la traición hace a la condición humana. Pero cuando la padece alguien que jamás traicionaría, como Paoletti, es más duro”.

“A él le retribuyeron todo lo que hizo de la peor manera”. Y en esto se encuentra, una de las razones del texto.

ORÍGENES. ¿Por qué en Paraná y no en La Rioja?, es el interrogante. La explicación está en la diáspora, el exilio que sobrevino al 24 de marzo de 1976. El autor fue uno de los nueve integrantes de la redacción de El Independiente que compartió una historia de excluidos que, en el caso de Paoletti, persiste hasta hoy.

¿Qué pasó? ¿Por qué hicieron lo que hicieron con Paoletti? es una de las preguntas que recorre el texto. Un interrogante que se enlaza con la hipótesis que, a modo de hilo conductor, recorre el período del gobierno militar, continúa en el retorno a la democracia y encuentra elementos explicativos en leyes como la Obediencia Debida y Punto Final

A esta historia (la de Paoletti y la experiencia cooperativa de El Independiente) le faltan páginas, según la están escribiendo “oficialmente”. “Es un personaje que la mirada unidimensional no rescata con todas sus facetas, en la integralidad, sino que se busca construir”, explica Alfieri.

DENUNCIA. “Se trata de denunciar una actitud, una posición cínica en relación a la historia de un proyecto que tuvo a Paoletti como uno de sus protagonistas, pero sobre el cual se está construyendo una historia a la que cual -en una operación jodida- faltan algunas páginas”.

La pregunta es por qué se rescata su figura al comienzo de la historia, en la década del 50, la decisión de hacer cooperativa a comienzos de los 70 y su trabajo. Pero nada se habla de lo que ocurre luego, de 1983, y por qué no se le permite retomar el lugar que ocupaba en la cooperativa.

De esta manera se concreta el objetivo de la administración militar que fue atacar a dos nombres en La Rioja: el obispo Enrique Angelelli y su equipo por un lado. Y Alipio Paoletti y El Independiente por otro.

EL ESCENARIO. En La Rioja hubo una represión muy intensa, sobre todo por las características de la provincia. Poca población y una actividad política muy condicionada por un sistema de relaciones feudales. Con factores determinantes como la presencia de un prelado como Angelelli, con su pastoral, la manera en que esa pastoral y Angelelli sacudieron la modorra de la resignación y dio inició entonces a movimientos reclamando justicia, por los Derechos Humanos, el tema de explotados y explotadores en una dimensión muy profunda y un diario que acompañaba esa prédica con sus propias maneras de ver la realidad, lo cual indicaba y manifestaba como medio de comunicación una línea editorial que tenía definido que sería un medio al servicio de las causas populares contra los dueños de casi todo, por la vigencia de la justicia social y el respeto de leyes elementales como condiciones laborales hasta salarios dignos.

Esas acciones hicieron que existiesen dos blancos principales de la represión: Angelelli y su Iglesia y El Independiente y Alipio Paoletti en particular.

En el caso de el diario fue un ataque a una línea editorial y, en definitiva, de pensamiento.

La cita

El libro será presentado el viernes a las 20,30 en el Auditorio en el auditorio Rodolfo Walsh por el periodista Victor Fleitas, quien justamente en su trabajo de tesis para optar a la licenciatura en Comunicación Social, estudió el trabajo de Walsh y de Paoletti.

En tanto que el 22 de diciembre, el trabajo se presentará en la Federación Gráfica Bonaerense. En el acto hablarán Alba Lancilotto -Abuela de Plaza de Mayo-, un dirigente gráfico que trabajó junto a Paoletti en el diario La Voz y Gabriel Fernández, un periodista que compartió la redacción en el Diario de Madres de Plaza de Mayo. La redacción de este último medio lleva el nombre de Paoletti.

¿Quién fue Alipio Paoletti?

El diario El Independiente se funda el 12 de Octubre de 1959. Alipio Paoletti era uno de sus fundadores y el único periodista. Tenía 23 años en ese momento. El diario, que el año próximo cumplirá el cincuentenario de su fundación, pasó por distintas etapas en lo empresarial. En 1970 tenía una presencia importante en la provincia. En ese momento, tenía cuatro socios como propietarios y en los festejos de octubre Paoletti anunció que se procuraría formar una cooperativa.

Tras un trabajo de elaboración, de generación de conciencia y de debate interno, finalmente la cooperativa se plasmó entre 1971 y 1972. Y lo que hizo Paoletti fue ceder todos sus bienes.

Al poco tiempo de conformarse la experiencia, comenzó a manifestarse un acoso contra el medio -y contra Angelelli-, por parte de la Triple A. En esto jugaban también los sectores políticos. En las cartas de amenaza de la tres A figuraban en primer lugar el obispo Angelelli y luego Alipio Paoletti.

Con el golpe del 76 esto se puso rotundamente de manifiesto. El Independiente fue invadido el 23 de marzo a la noche. Pero la presa principal, que era Paoletti, no estaba. Tenía uno de sus seis hijos enfermos y además iba camino a La Pampa invitado por el diario La Arena de La Pampa, para comentar aspectos de la experiencia en La Rioja. Es que el tema de la cooperativa editora de un diario -caso único en América Latina hasta ese momento- producía interés en otros lugares. Por eso no fue detenido. Fue declarado prófugo. Sin embargo se mantuvo un tiempo en Buenos Aires hasta que debió pasar a la clandestinidad cuando algunos de sus compañeros con los que elaboraban material de denuncia sobre la dictadura que distribuían en fábricas y colectivos, donde se podía, fueron detenidos.

En 1977 Paoletti viajó solo a España donde al tiempo se le unió su familia. Residió en Madrid. Allí practicó un exilio militante y volvió en 1983 poco después de las elecciones. En ese trabajo el recogió muchos testimonios de personas que habían salido del país y habían estado detenidas. Con eso elaboró material que se distribuyó en ese momento y que sirvió como base para el libro Como los nazis, como en Vietnam que el escribió y que es considerado el mejor dossier sobre la represión en la Argentina.

Paoletti murió en Buenos Aires el 1 de diciembre de 1986.


EL DIARIO

http://www.eldiariodeparana.com.ar/textocomp.asp?id=159736

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